La terapia manual se utiliza para tratar trastornos funcionales del sistema musculoesquelético. Los desequilibrios musculares y las consiguientes restricciones de movimiento y dolor se identifican y tratan mediante técnicas especiales.

La terapia manual comienza siempre con una entrevista con el paciente y una evaluación manual. Se identifican las restricciones de movimiento y los bloqueos, y se palpan las fascias y las tensiones musculares. El tratamiento se realiza con las manos. Se utilizan la tracción, la movilización y la manipulación para eliminar bloqueos, relajar los músculos y restablecer el equilibrio del sistema musculoesquelético. En las técnicas de tracción, las articulaciones se separan mediante una tracción suave pero constante, que alivia la presión sobre el cartílago, los ligamentos y las cápsulas articulares y mejora su circulación. Durante la movilización articular, las articulaciones se mueven suavemente, sobre todo en la dirección del movimiento limitado. Los bloqueos se eliminan mediante un impulso rápido, en el sentido de la manipulación. Las técnicas de relajación destinadas a reducir la tensión muscular también forman parte de la terapia manual. Estas técnicas también forman parte de la osteopatía y, por tanto, pueden combinarse fácilmente, por ejemplo, con la terapia de masaje de tejido profundo. La fasciaterapia del tejido conjuntivo o la terapia de puntos gatillo musculares suelen completar el tratamiento..